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martes, 28 de julio de 2020
Jessica
El cielo se oscurecía, nubes cargadas de agua y llanto en demasía, mi ser se estremecía, un dolor tan puro que curaba el alma de toda hipocresía, la más fina sabiduría, se veía en cada lagrima que caía, a aquel día, donde cualquiera se volvería un homicida. En un ambienté lleno de agonía, el rencor era presa de las circunstancias, compleja sustancia que prende la mecha en cualquier instancia... así tuve mi primera influencia suicida, justo cuando vi a Jessica llorando, destrozada y estremecida.
Ensangrentada y muy golpeada, la encontré en el suelo, refugiarme en la rabia era un buen consuelo, mientras la luna se mostraba avergonzada de tan cruel horror, yo mantenía la calma, pero sus lágrimas en su agónica mirada, destrozaban mi alma. No llores amiga mía, toma mi mano, sanare tu herida... era de esas que quedan adheridas a la memoria de por vida. Tal era la confianza que ella en mi sentía, que cerró sus ojos, tomo mi mano, y sonrió con alegría.
Fue ahí que se pactó el trato, cada acto nuestro tendría un fuerte impacto, y en un acto cargado de soberbia, me adentre en el alma de Jessica, para curar su histeria… “El homicidio es la salida”, es lo que ella decía, pues la justicia se ajusta a lo que el corazón decida. Mandaríamos un mensaje que muy pocos comprenderían, pero el alma destrozada no entiende de ironías.
Jesica poseía una mirada perdida que te atrapaba, desesperada, el infierno te mostraba, dentro de los hematomas, insultos, burlas, violencia, heridas inhumanas... machismo e ignorancia en forma de puñetazos en su cuerpo y en su cara, heridas superficiales, y dentro de su ser… el dolor tomaba forma de demonios infernales.
Escudándome en el anonimato aquel día, como cualquier asesino de sangre fría, tome el cuchillo y lo apuñale tantas veces que sentía que mi sangre hervía, experimente un placer que no concebía, tranquilidad sentía, mientras veía en sus ojos su agonía, mi euforia aumentaba, serotonina desbordada, se desangraba, la tranquilidad de mí se apoderaba. Aquel cobarde murió como debía, dos puñaladas en su cuerpo, por cada golpe y herida que ella tenía.
Eres libre amiga mía, debo continuar mi travesía, que se me termina el día y aun debo perseguir el deseo que aún con vida me sostenía. Una lágrima broto de sus ojos, una diferente a las demás, cargada de tal sinceridad que se veía la llama de su humildad.
La última vez que vi a Jessica caía junto a mí, un infinito silencio, un par de jeringas, dos frascos vacíos, dos lágrimas y el mundo recobro su brillo.
Mi destino era claro, el suicidio me había enamorado… y Jessica decidió permanecer a mi lado.
_______________________________________________________________________________________________ JJM
Aun en una pandemia o en los momentos mas complicados, los feminicidios y la violencia de genero no se detienen. " Si el mal no descansa.... La bondad no debería hacerlo jamas"
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Esta pandemia no cambia nada a quien lleva un animal dentro... Ay, Jorge es estremecedor tu relato. Es tan orgánico que duele. Cuántas Jessicas perecen bajo un manto de violencia.
ResponderEliminarSiempre es un placer leerte incluso en esta realidad que plasmas.
Mil besitos con cariño, mi buen amigo. Ten un buen día.
Este texto está cargado de un sentimiento que seguro muchas de las victimas han sentido y experimentado tras las atrocidades que llega hacer la violencia de género e incluso los abusos. El dolor y la amargura que penetra y no se detiene, que lucha entre lágrimas aun para seguir adelante, para ver una salida.
ResponderEliminarMe ha recordado a una frase de V de Vendetta que dice: "La violencia puede usarse para hacer el bien; Justicia".
Pese al tema que trata, que por desgracia nunca dejará de ser actual, tu relato me ha gustado mucho, por cómo está escrito, por esa moraleja que nos deja.
Muchos besitos, Jorge. Sigue escribiendo así.
Es terrible la brutalidad del ser humano. Es inconcebible que estas cosas aun sucedan en el mundo. Escribes de tal manera que lo hacer vivir como propio. Un beso grande
ResponderEliminarEs una historia impresionante, llena de dramatismo. Una historia que se repite muchas veces y a la que no se le ve el fin. La violencia y el maltrato a la mujer...¡cuánto dolor producen!
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Jorge
ResponderEliminarMe has impresionado con esta tan conmovedora, trágica y devastadora historia.
El relato te presenta a los protagonistas, te plantea el nudo y se resuelve en un escalofriante desenlace fatal. Lastimosamente no hay una solución inmediata para el feminicidio. Y aunque sea lo incorrecto para muchos, en mi opinión, la decisión que tomó el amigo es el mejor remedio.
Muerto el perro se acaba la rabia, cierto?
Un abrazo y que tengas un bello dia.
Hola Jorge! Me ha conmovido profundamente esta historia tan trágica. Lamentablemente como dices los femicidios y la violencia de género no se ha detenido durante la pandemia, incluso ha ido en aumento debido a que las mujeres deben estar encerradas en sus casas junto a su agresor. Nuestra tarea como padres y educadores es formar nuevas generaciones enseñando el respeto entre mujeres y hombres y estar atentos ante cualquier señal para ir en ayuda de quien está siendo víctima de maltrato. Un abrazo y gracias por hacernos reflexionar sobre este tema tan importante Jorge.
ResponderEliminarHola Jorge!
ResponderEliminarLamentablemente estas historias siguen siendo desgarradoras para el ser que lo sufre en sus propias carnes... como lo es leer este texto, te vas desgarrando por dentro según lo vas leyendo.
Desgraciadamente ni siquiera la pandemia ha podido con tanto ser ultrajado, nunca he entendido, ni entenderé como se puede decir querer a alguien y luego maltratarla, ojalá la justicia fuera más severa con estos temas que siguen aterrorizando a miles y miles de mujeres quedando secuelas de por vida, a aquellas que logran denunciar... Las heridas del alma, ni con el mejor bálsamo, jamás se curan.
Te dejo mis cariños y deseo que te estés cuidando.
Besitos.
¡Qué terrible todo lo referentea violencis de género! Y obvio (y vergonzoso) que ni una pandemia la detenga. Tienes razón, el bien tampoco debería hacerlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quiero agregar a mi comentario anterior que creo que debería ser la Justicia la que llevara al casi feminicida a que se pudriera en la cárcel y no el casi suicida. Es terrible cuando lss instituciines no funcionan y es el damnificado el que tiene que hacer justicia por su propia mano.
EliminarOtro abrazo, Jorge
Un gran escrito mi querido amigo . Tu pluma ha volado como los grandes adentrándose en ese mundo de sombras en las que es muy fácil caer y a la venganza que muchas quisiera empuňar, mas producir más violencia es lo menos que el mundo necesita y si por cada mala acción se pagará con tres mejores tomarían apenas unos años en mitigar,quizás, tantos dolores... al menos eso,ya que el mal no descansa.
ResponderEliminarUn gusto pasarme por tus letras. Te dejo un mega abrazo de cariño. Feliz tarde Jorgito.
La pandemia, sobre todo el confinamiento, ha debido de ser un infierno para muchas mujeres que tuvieron que estar 24 horas siete días a la semana con su maltratador.
ResponderEliminarPuedo llegar a comprender el deseo de matarlo, pero no creo que sea la solución. Lástima que la justicia tampoco la aporte.
Un abrazo
Asi es Jorge, los feminicidios no paran, la pandemia los a ocultado porque ahora todo es covid, pero por ahí, los machos siguen agrediendo a las mujeres. Un relato estremecedor y realista. Saludos amigo, espero estés bien. Cuídate.
ResponderEliminarHay mi amigo que horrible habrá sido para esas mujeres
ResponderEliminarque ni siquiera lo que estamos viviendo pudieron frenar,
tus letras estuvieron presenciando ese mundo horrible que todavía existe,todo tipo de violencias es imperdonable, ademas de las consecuencias imposibles de borrarlas, que triste mi amigo, me quedo sin palabras Jorge, te cuidas mi amigo.
Besitos dulces
Siby
Hola Jorge!!
ResponderEliminarMe conmueve tu sensibilidad al tocar este tema. La verdad que tormento debe vivir una mujer encerrada con su enemigo. Tu relato muestra una realidad que hasta que no hayas leyes severas que condenen a un violento; todo seguira igual.
Te mando un beso enorme Jorge y feliz jueves!!🌞
Uffffffffffffffffffff muchas mujeres han sufrido en este confinamiento de mano de sus parejas, hay que parar también este virus que nos mata, porque cuando muere una mujer por violencia de género morimos todas y todos.
ResponderEliminarAbrazote utópico.-
Jorge, gran profundidad en tu texto, amigo. Te has enfrentado al tema del maltrato con claridad y gran sensibilidad. Cuando el mal llega abre toda una cadena de violencia, que daña la mente y el corazón. No obstante, la educación y la bondad no deben faltar nunca para erradicar estos males y cuidar el alma, que tanto lo necesita.
ResponderEliminarMi felicitación por la entrega,la empatía y la generosidad que le has puesto, Jorge.
Mi abrazo y feliz fin de semana.
Jorge, tu sensibilidad es extrema. Los malos no descansan. Me lo decía siempre un amigo policía. Y sí, en tos momentos de pandemía, esta situación es toda vía peor, porque esas mujeres se han visto obligadas a vivir con sus maltradores y asesinos las 24 horas del día. Para ellas ha sido terrible.
ResponderEliminarNos falta educación, faltan valores y faltan muchas cosas, pero sí también hay manos que cuidan del alma.
Un beso enorme.
Una realidad terrible que convive con nosotros todos los días. Una realidad que ha tenido que ser terrible para quienes han tenido que convivir (por llamarlo de alguna manera) con sus verdugos. Una realidad que no cesa...y demuestra la falta de contundencia para actuar contra ella. No basta con salir a la calle cada vez que matan a una mujer, eso no soluciona nada. No creo en tomarse la justicia por su cuenta, en ningún caso, pero la comprendo.
ResponderEliminarHas hecho un relato lleno de ternura en su crudeza.
Un beso!
Jorge, a pesar de ser un tema tremendo,la forma que tienes de expresarlo lo convierte en algo sensible, tierno,dentro del horror que narra.
ResponderEliminarMe encanta leerte, porque eres un hombre sensible,talentoso y buena persona!
Un abrazo!
Muy lindo rexto.
ResponderEliminarBesos al alma, te sigo
Buenas noches, muchas gracias por tu visita. El tema que tratas es espeluznante pero así tal cual lo narras es tierno y sensible .La venganza nunca es buena pero sé que hay momentos que todos las sentimos .
ResponderEliminarY el suicidio nunca es la mejor solución ..
Un abrazo.
Un poema mas de las maravillas que escribes buen comienzo de vida en agosto
ResponderEliminarEres una persona con luz No es fácil encontrar en el internet gente como tú- La gente con luz no juzga, halaga, no critica da y ayuda Y es por eso que vengo mas de una vez a leerte Porque la luz da vida
EliminarDurante el confinamiento, se lanzó un mensaje para las mujeres que tenían que estar en sus casas con sus maltratadores: ir a la farmacia y pedir mascarilla 19 si sufrían alguna agresión.
ResponderEliminarVergonzoso que ningún gobernante haga nada, solo campañas y ponerse medallas.
Abrazo.
Un tema muy delicado de por sí, en el que tomarse la justicia por su mano no soluciona nada.
ResponderEliminarsaludos.
Que pena no se erradique la violencia de género. Un mal que nunca acaba.
ResponderEliminarBesos enormes. Dr
De gran profundidad tu texto, un tema muy sensible que inquieta. Tu texto es conmovesor y muy bueno. Besos
ResponderEliminarParece mentira que teniendo tanta información en temas de violencia de género, hoy los femicidios estén a la orden del día, una mujer muere en manos de un femicida cada 12 horas sino menos, como si fuera que el tema en boca de todos los atreviera y enfureciera mas a estos cretinos, y me quedo corta en nombrarles.
ResponderEliminarTremendo tu texto, pero tal real a la luz del día!!
Un abrazo :)
A maneira como você discute a intimidação de gênero é contada de uma maneira interessante. Essa história nos conscientiza de que nunca cometemos violência física e psicológica.
ResponderEliminarSaudações da Indonésia
Hola Jorge, pasé a saludarte y a conocer tu blog y me encontré con este sorprendente relato.
ResponderEliminarSin duda muy triste, muy trágico desde su comienzo a su final.
Hay muchas Jessicas que sufren en silencio, que incapaces de seguir adelante optan por el camino que tu describes en tu texto.
Ojalá acabe algún día ese infierno.
Besos.
Olá Jorge!
ResponderEliminarA justiça de nada vale hoje em dia!
Tudo fora dos padrões!
Boa viagem nesta caminhada!
Megy Maia🌈
Mientras los demás miren hacia otro lado... las Jessicas seguirán multiplicándose, bajo los malos malos tratos de sus opresores.
ResponderEliminarSaludos!!
Que relato tan brutal, pero al mismo tiempo, de alguna manera, lo has hecho tan bello que interpela mis sentidos.
ResponderEliminarHay cosas que deben empezar a cambiar, definitivamente
Impactante y estremecedor relato,tristemente historias como estas con finales que no deberían ser siguen sucediendo todos los días en todo el mundo.
ResponderEliminarMe gusto visitar tu espacio.
abrazos.
En esta época difícil que estamos viviendo esos ángeles silenciosos conviven con sus demonios aterradores, los cuales abusan de esa bondad, se alimentan de ese miedo y solo la venganza es lo que nos puede hacer calmar nuestras ansias de justicia
ResponderEliminarAborrezco esos violentos que se valen del miedo para dominar, un relato desgarrador pero sincero hasta la médula
Nunca defraudas siempre a corazón abierto, siempre sincero
Un gran abrazo
Describes una violencia terrible que al seguir existiendo nos impide evolucionar, tomemos pues conciencia de ello dando pasos firmes hacia su erradicación.
ResponderEliminarAbrazo
Estimado, debo ser sincera, la rima en general me incomoda, de alguna manera me cuesta concentrarme, sin embargo, el relato en sí me parece interesante, es decir, los acontecimientos y el cómo va naciendo un nuevo asesino-suicida. Eso lo digo en calidad de lectora, porque como ser humano, estas cosas me pegan, me duelen, me indignan. Es una lástima e injusticia que las cifras de violencia, de maltratos y de femicidios no se detengan. Agradezco este intento por hacer que no lo olvidemos, que no demos las cosas por sentadas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Olá Jorge!
ResponderEliminarVim retribuir sua visita ao meu blog e conhecer o seu.
Que história triste!
E o pior é saber que essas coisas acontecem a toda hora e em todo lugar.
Você descreve com detalhes, com verdade.
Abraços.
Tremendo y cruel el problema que no cesa amigo. Por qué los humanos somos tan crueles.
ResponderEliminarTriste relato amigo.
Buen miércoles y cuídate.
Un abrazo.
Vengo de El Mundo de Naya y te devuelvo el follow
ResponderEliminarNos leemos
besos!
NO AL MALTRATO FAMILIAR !!!
ResponderEliminarNO A LA VIOLENCIA DE GÉNERO !!!
NO AL FEMICIDIO !!!
NO AL MACHISMO !!!
Gracias Jorge por tocar un tema que solo al leerlo provoca reacciones diversas. Comprendo al personaje de tu historia.
Pases un buen agosto, a pesar de todo...
Abrazo grande
Lamentable lacra la de la violencia de género y todo tipo de violencia. Aún así tu texto es muy bello, Jorge. Ojalá el bien sería el rey del mundo.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Un abrazo.
Wow que fuerte palabras y conmovedoras.
ResponderEliminarUn beso Jorge desde Plegarias en la Noche.
Qué bueno que existan escritores con tu conciencia, en estos tiempos de pandemia la violencia a la mujer se ha incrementado mucho :(, tu texto dice una verdad y está bellamente compuesto, te mantiene atento hasta el trágico final. Saludos desde El Blog de Boris Estebitan.
ResponderEliminarQue no cese la bondad, que al final es más fuerte que el mal.
ResponderEliminarEscribes muy bien, con gran sensibilidad.
Un abrazo
Solo pase a saludarte que estes bien!!
ResponderEliminarUn beso 😊
Jorge, vengo a darte las gracias por tus comentarios,amigo. Espero que pronto publiques algo nuevo y sigamos disfrutando de tus letras.
ResponderEliminarMi abrazo de luz y rosas para ti.
Gracias a ti, por siempre leerme y dejarme tan bonitos comentarios.
ResponderEliminarCuídate también tu.
Un abrazo :)
Un texto maravilloso contando una realidad brutal.
ResponderEliminarTremendo, conmovedor y con un final fatal y al mismo tiempo envuelto de romanticismo.
Genial! Me quedo para seguir leyéndote.
Buen fin de semana Jorge.Cuídate.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es una realidad tan dura, tan chocante y tan presente. La cuarentena no ha hecho más que apresar a la victima con su victimario. Las cifras son escalofriantes y es imposible preguntarse ¿hasta cuando?
ResponderEliminarEs desesperante ver que aún existen estas cosas... Nos queda la palabra (como dijo Blas de Otero) y nos quedan todas las acciones que podamos hacer para visibilizar esta situación y atajarla.
ResponderEliminarMil besos.
Impresionante tu relato, Jorge:
ResponderEliminarMis felicitaciones
Abrazos desde Bilbao (España)
Ana
Bom dia Jorge,
ResponderEliminarQue relato! Uma realidade nua e crua descrita com maestria. Gostei da sua habilidade em narrar. Doeu no coração! mas eu gostei!
Bom dia e agradeço sua visita e por seguir meu blog.
Abraço!
Qdo puder visite o link abaixo;
https://vogalsuprimida.blogspot.com.br
Una leyenda muy inquietante y hermosa.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo Jorge.
Bom dia Jorge, aqui já estive e comentei, passo agora para agradecer suas amáveis palavras e apreciação aos Haicais.
ResponderEliminarBom dia de paz e Bem!
Grande e fraterno abraço